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Glomeruloesclerosis focal y segmentaria (GFS)
¿Qué es la glomeruloesclerosis focal y segmentaria (GFS)?
La GFS es una clase rara de glomerulopatía o enfermedad glomerular que provoca una esclerosis (tejido de cicatriz) en los riñones. Las glomerulopatías afectan el funcionamiento de los riñones porque atacan a los glomérulos, unos filtros diminutos que hay en los riñones y que depuran la sangre. El término "focal" de GFS significa que la esclerosis solo afecta algunos de estos filtros de los riñones. Por su parte, "segmentaria" significa que la esclerosis solo aparece en algunas partes (es decir, segmentos) de los filtros afectados.
¿Cuáles son los síntomas de la GFS?
En las primeras etapas de la GFS, la persona podría no tener ningún síntoma. A medida que la GFS empeora, puede empezar a notar síntomas como la hinchazón de las piernas o el aumento de peso. Otras señales solo las podrá detectar el médico mediante análisis, como por ejemplo:
- Presencia de proteínas en la orina (es decir, el pis)
- Cifras bajas de proteínas en la sangre
- Exceso de grasa en la sangre (colesterol alto)
Tener uno o más de estos síntomas no significa que la persona tenga GFS. Si empieza a tener alguno de estos síntomas, hable con su médico.
La GFS puede provocar un síndrome nefrótico. El síndrome nefrótico es un conjunto de síntomas que pueden presentarse al mismo tiempo, lo que podría significar que los riñones no funcionan como es debido
¿Tendré falla renal debido a la GFS?
La GFS es una enfermedad crónica (es decir, prolongada) y es irreversible. La esclerosis puede dificultar que los riñones depuren los desechos del cuerpo. El tratamiento puede ayudar a retrasar la enfermedad renal, pero algunos pacientes con GFS terminan presentando falla renal. Si la persona alcanza la etapa de falla renal, tendrá que recibir un trasplante renal o diálisis para seguir con vida.
¿Cuál es la causa de la GFS?
La GFS es rara. Los médicos diagnostican cada año unos 7 casos por cada millón de personas. No se conoce la causa de la GFS, pero se cree que la provocan ciertos problemas médicos, entre ellos:
- La diabetes
- La anemia de células falciformes
- Las infecciones, incluidas las de algunos virus como el VIH
- El lupus
- El sobrepeso
- La presión arterial alta
- El uso prolongado de algunas drogas (por ejemplo, la heroína) o de fármacos que aumentan la masa muscular (los esteroides anabolizantes)
- La presencia de demasiada orina en los riñones
- Los medicamentos, como por ejemplo algunos tratamientos para el cáncer
- Los problemas renales congénitos (defectos de nacimiento)
Tener una o más de estas circunstancias no significa que la persona vaya a tener GFS. Si le preocupa el perjuicio que alguna de estas circunstancias pueda causarle en los riñones, hable con su médico.
¿Cómo sabré si tengo GFS?
Para ver si tiene GFS, el médico tendrá que hacerle una biopsia renal. Una biopsia renal es una intervención en la que los médicos extraen un pedacito de sus riñones para examinarlo minuciosamente con un microscopio.
Es posible que el médico le haga otras pruebas, como por ejemplo:
- Análisis de sangre: Para saber qué tan bien le funcionan todavía los riñones.
- Análisis de orina: Para ver si hay sangre o proteínas en la orina o detectar otros indicios de problemas.
- Análisis genético: Para ver si nació con algún problema que haya dado lugar a la enfermedad renal.
La información de estos análisis ayudará al médico a decidir cuál es el mejor tratamiento en su caso.
¿Cómo tratan los médicos la GFS
El plan de tratamiento que elija el médico dependerá de la causa de la GFS. Los tratamientos habituales para la GFS son:
Medicamentos llamados inmunosupresores, que impedirán que el organismo ataque a los riñones
Medicamentos para la presión arterial destinados a controlar dicha presión y reducir la cantidad de proteínas que se pierden
Medicamentos llamados diuréticos que ayudan a los riñones a eliminar sal y agua y hacen que la persona orine más
Modificaciones saludables del estilo de vida, como por ejemplo llevar unadieta nefrosaludable, hacer actividad física durante 30 minutos casi a diario y dejar de fumar o consumir tabaco de otras formas