Cuando alguien tiene falla renal (también denominada enfermedad renal terminal, o ERT), significa que sus riñones dejaron de funcionar. La persona tendrá que empezar a recibir diálisis o tendrá que recibir un trasplante renal para poder seguir con vida.
La diálisis es un tratamiento encaminado a depurar la sangre cuando los riñones no son capaces de hacerlo. Ayuda al organismo a eliminar de la sangre los desechos y el exceso de líquido. Hace parte del trabajo que hacían los riñones cuando estaban bien. Hay dos tipos de diálisis: la hemodiálisis y la diálisis peritoneal.
Un trasplante renal es una cirugía en la que se coloca un riñón sano del cuerpo de otra persona. Puede provenir de un donante vivo o de un donante fallecido. El trasplante renal no cura la falla renal, pero la trata. La persona tendrá que tomar medicamentos y prestar durante toda la vida una atención especial al riñón trasplantado.